martes, 1 de mayo de 2012

Los placeres


Los placeres de un día cualquiera

El placer de dormir y descansar bien.

Tener un techo y estar calentito ante las inclemencias del tiempo.
Despertarme acompañada, sentir su calor, su olor, sus besos, sus caricias, oír su respiración.
Ver el amanecer, los parajitos cantando y revoloteando.
El poder del movimiento, ser independiente para asearme…. El aseo con toda el agua caliente que desee, el olor del champú, el tacto de la esponja, “hoy me apetece por el lado suave, mañana por el rasposo”, el placer y el olor de la toalla, el masaje con la crema y su olor.

Los placeres del desayuno, el agradable zumo de naranja, el olor a café, a los bollos o magdalenas, la mantequilla extendiéndola por el pan recién tostado. La sensación de frescor de los dientes recién cepillados.

La belleza de las plantas, el ver cómo crecen, el riego, el cambio de tiesto, la poda, sus hermosas flores con su fragancia.

Las tareas diarias para sentir el confort y la calidez de mi hogar.

El juego de los disfraces, abrir el armario y tener la posibilidad de vestir con diferentes prendas.

El encuentro con mis vecinos, las prisas, los lloros de no querer ir al cole, las sonrisas cuando les sacas de su enfado. La señora de la limpieza, los buenos días, la agradable sensación de limpieza y frescor.

La llamada de teléfono de mi pareja para coordinarnos quien coge el pan, la comida, preguntar ¿cómo te va la mañana, a qué hora te quedas libre,…?

Los buenos días al chofer de autobús, con el intercambio de una sonrisa.

Los buenos día a mis compañeras con las consiguientes preguntas ¿qué tal el fin de semana…? La llegada al centro, el saludo a las demás compañeras y a Eskar y la clase con todas las aportaciones. La vuelta con Viki con nuestras charlas y distintas maneras de ver las cosas, el calorcito de los primeros rayos de sol.

Llegada a casa los besos y el intercambio de acontecimientos del día.

El cocinar y el comer, la cantidad de alimentos que manipular y limpiar con sus olores, sabores y texturas, y los condimentos, el sinfín de platos con sus olores y sabores, y el consiguiente placer de degustarlos.

El placer de la siesta con la tele de fondo con alguna serie o documental, al calor de una mantita.

El placer de la lectura con el tacto del libro, con su olor, y el trasportarnos a un sinfín de mundos, situaciones y acontecimientos, y sentimientos.

El placer de los juegos del ordenador y de navegar.

El placer de los trabajos que realizo, aunque unos me remuevan más, otros o me sean más costosos realizarlos,…

El placer de los paseos, disfrutando de los juegos de unos niños, o de los de unos perros, o gorriones, del olor de la hierba recién cortada, o el de la lluvia, el rebrotar de los árboles, las plantas con sus flores, el encuentro con algún amigo o conocido,…

Los placeres de la cena, el olor de unos huevos fritos, o de unas patatas, o de una tortilla,…el yogurt suave y cremoso…

La hora de una peli.

La hora de acostarse con la sensación y olor de las sabanas frescas y limpias, los besos, caricias, abrazados, sexo,..

Los placeres ocasionales

El placer de los masajes tanto dados como recibidos, o un baño de burbujas, o de chocolate…

El placer de comprar desde rompa, joyas, perfume, zapatos, accesorios, regalos, libros,…

El placer de los espectáculos ir al cine, al teatro,…

El placer de viajar.

Los placeres de la naturaleza de nadar, andar por la playa, tomar el sol, la lluvia golpeando en un cristal, caminar por el campo, un amanecer, un atardecer,…

El placer de las sorpresas o regalos inesperados.

El placer de las  de la música y el baile. Escuchar nuestra canción favorita, escuchar una canción que te hace acordar de momento del pasado.

El placer de ver a una pareja de viejitos tomados de la mano.

El placer de mirar fotos viejas.

El placer de los olores a pan recién horneado, a pimiento, a café, a mar,…

El placer del cambio de imagen…

El placer de los domingos tomando unas rabas con un vermut.

El placer de las reuniones con los amigos o familiares, de llamadas de teléfono, cenas o comidas, excursiones, celebraciones…

El placer de hacer nuevas amigos.

El placer de nuevas emociones o experiencias.

Los placeres que dependen de mí

Mi paz interior a pesar de lo que ocurra a mi alrededor, que junto con el perdón me abren las puertas a mi paz interior.

El liberarme de los miedos, de las dudas, de los conflictos: a la muerte, enfermedad, pérdidas…

El placer de la generosidad: dar unos céntimos a un mendigo, una sonrisa, una caricia, una palabra amable, del cariño, de un abrazo, de un beso,…ya que dar es recibir.

El poder de liberarme del pasado y de los pronósticos catastrofistas del futuro.

El placer de convertirme en buscador de amor y de felicidad.

El placer de sentirme discípulos y maestros para los unos y de otros.

El placer cambiar los pensamientos que me lastiman, ver las cosas del lado positivo.

El placer de decir “No”, sin sentirse culpable.

El placer de mis aliadas intuición, inocencia y fe.

Otros placeres tai chi, yoga, relajación, meditación, visualización.

El placer de las buenas causas, aunque me suponga algún sacrificio.

El placer de no perder las lecciones, aunque me crea que he perdido, o no he conseguido lo que deseaba.

El placer de el silencio y estar conmigo misma.

El placer del compartir desde conocimientos hasta una sonrisa.

El placer de la risa, del sentido del humor, el saber reírme de mi misma.

El placer de la escucha activa sin interrumpir, o criticar, solo escuchar.

El placer de agradecer, lo que tengo, lo que soy, lo que me han dado, me dan y recibo.

Lo que soy y quiero llegar a ser

Soy como el sol, me levanto temprano y no me acuesto tarde.

Soy como la luna, brilla en la oscuridad, pero sé que hay luces mayores.

Soy como los pájaros, come, canta, bebe, bailo y vuela.

Soy como las flores, estoy enamorada del sol, pero soy fiel a mis raíces.

Soy como el buen perro, obediente, pero nada más que a mí misma.

Soy como la fruta, bella por fuera, saludable por dentro, lo procuro.

Soy como el día, que llega y se retira sin alardes.

Soy como el oasis, doy mi agua al sediento, o me gustaría ser.

Soy como la luciérnaga, aunque pequeña, emito mi propia luz.

Soy como el agua , buena y transparente, en ello estoy.

Soy como el río, siempre hacia adelante sin mirar atrás, a pesar de la tentación.

Soy como Lázaro me levanto y ando.

Soy como los niños, creo en mis sueños.

Soy como el universo, la morada del Espíritu porque es parte mía y yo de él.

Texto original de: Mª Asun Contreras.


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