miércoles, 17 de octubre de 2018

La Incomodidad

Sufrimos porque hemos imaginado las cosas de manera distintas. 

Ha veces que por esta imaginación de cómo tienen que ser las cosas nos destruimos a nosotras y nosotros mismos a los que están alrededor, esto no nos hace ni poderosas, ni poderosos. 

Despertemos y comprendamos que las grandes personas son solo aquellas capaces de crear, no de destruir.

Estamos compuestas y compuestos de dos aspectos.
Uno físico: mi cuerpo, mi ego con mis emociones-sentimientos, mi mente-intelecto y todo lo que esto conlleva.
El otro es el espiritual: mi ente, mi ser, mi alma, o como quieras llamarla.

Tenemos que ser conscientes que las dos a la vez no funcionan, en la mayoría de las personas y/o casos.

Cuando estamos incomodas, incomodos, mi alma esta contenta porque se acerca más a mi propósito, a mi misión, a la fuente.

Por lo tanto la incomodidad es inevitable y mientras más nos encuéntrenos fuera de nuestra zona de confort, más control tendremos sobre la incomodidad y esto nos proporciona más posibilidades de libertad, de disfrute, de serenidad…

Si nos atrevemos a ir al encuentro de la incomodidad, tenemos más control y así nos ejercitamos para cuando simplemente llegue.

Hagamos una lista de todas las cosas o personas, situaciones... que nos incomodan, y vallamos a su encuentro.

Texto original de: Mª Asun Contreras




miércoles, 10 de octubre de 2018

TERNURA

La TERNURA es una de las muchas manifestaciones y expresiones del AMOR IINCONDICIONAL.

Paradójicamente asociamos la ternura con fragilidad y vulnerabilidad, nada más lejos de la realidad. También se piensa, se cree, se dice que es cosa de mujeres, que es un sentimiento empalagoso, molesto, que te hace verte como una tonta o un tonto, todos estos pensamientos y creencias desvalorizar a la ternura.

La ternura es serena, bella, dulce, valiente, firme y audaz, porque se manifiesta desde un sentimiento intimo que brota desde el corazón, sin miedo y sin barreras, y enciende la chispa de la esperanza en la adversidad; por lo tanto hay que tener confianza y seguridad, sino no hay entrega, no hay ternura.

Hay veces y personas que no son, ni somos capaces de expresarla porque supone enfrentarnos a nuestros propios miedos, fragilidades y vulnerabilidades. Esto lleva a las luchas de poder, la competencia, el control, la impaciencia, el agotamiento, la frustración, el enojo, la queja…

La ternura nos pide que cedamos y avancemos sin nuestro aro de superioridad y de distancia.

Cesare Pavese dijo: “Serás amado el día que puedas mostrar tu fragilidad sin que las personas se sirva de ella para afirmar su fuerza” Dicho de otra forma: Cuando muestres tu fragilidad las personas te ofrecerá su ternura.

La ternura no es ostentosa se manifiesta con pequeños detalles: una sonrisa, una mirada, escucha atenta… estos son actos de donación y para ello hay que estar presente (en el aquí y en el ahora). Tiene que ver con la capacidad de apreciar y de recibir, y estar atenta, atento, dispuesta dispuesto.


 Al igual que el AMOR INCONDICIONAL también hay la TERNURA con mayúsculas que es otra forma más elevada de consciencia. 

Como ya dije antes: el cariño, afecto, dulzura, amabilidad, simpatía, mostrar los sentimientos propio, y de afecto hacia otras personas, son estos sentimientos y actitudes las demostraciones de ternura. 

La TERNURA con mayúsculas es mucho más, porque puedo hacer todo esto sin sentir. Ejemplos: ¿cuantas veces pedidos perdón y cuantas lo sentimos? ¿Cuándo decimos que te quiero, y lo sentimos? ¿cuando doy las gracias lo siento? O simplemente son palabras y actitudes huecas, que las hacemos por habito, educación, porque es lo correcto, e incluso pensamos que aceptamos una serie de circunstancias o acontecimientos que tienen que ser así.

Cuando hablamos de aceptación nos surge desde la cabeza, desde el intelecto, desde el entendimiento, pero entender que es lo que hay, que es inevitable, no me acerca a la conexión con los procesos vitales de la existencia, en cambio desde un corazón abierto, conecto con la gratitud y esta conexión me proporciona una gran paz interior, porque desde aquí no quiero cambiar nada.

Mi oda a la TERNURA:

Ternura que brota del Corazón.
Ternura que nace en el Alma.
Desde el silencio,
otorgas serenidad y calma.
Despliegas tus alas de Esperanza.
Caminas con pasos suaves y delicados.
Descalza de orgullo, miedo.
Primorosa y dulce fragancia vas dejando a tu paso.
Caminare a tu encuentro.
Con la sonrisa de mi fragilidad y confiando
en la fuerza del 
AMOR INCONDICIONAL
Juntas buscaremos 
Nuevo Horizonte
Nuevos Amaneceres

Texto original de: Mª Asun Contreras



lunes, 8 de octubre de 2018

Ser Feliz o estar Feliz

Es sabido que estar feliz y ser feliz no es lo mismo. Estar feliz es un estado transitorio, que va asociado a factores, generalmente externos.
En cambio ser feliz es un estado permanente, que aunque nos viene dado, lo vamos perdiendo a medida que creamos nuestro ego.

Creamos nuestro ego como recurso para transitar por este mundo y al mismo tiempo que creamos nuestros ego, creamos miedos, limitaciones, expectativas, creencias… y con todo esto en algunas ocasiones conseguimos sentimientos positivos, pero son temporales: “he conseguido el coche que quería” “por fin he conseguido un aumento de sueldo, o el puesto que quería”… y creemos que esa sensación momentánea es la felicidad, nada más lejos de la realidad, tan solo es un espejismo.

Lo único que nos impide ser felices esta en la mente, porque me resisto, porque no acepto, porque mi interpretación de cómo debe ser o suceder las cosas no encaja con la realidad que se me presenta, y el resultado es que siempre oscilamos ente dos polo de sentimientos positivos y negativos.

La felicidad es una actitud de vida que requiere un constante aprendizaje, un constante estar presente en el aquí y en el ahora. 

Para conseguir todo esto hace falta:
Renunciar a creer que la felicidad esta en el futuro ya que el futuro lo creamos en el presente.

La felicidad tampoco esta en el pasado, para ello tenemos que asumir la responsabilidad de nuestros actos, aprendiendo a perdonarnos y a perdonar, a soltar el pasado: se acabo la amistad, el trabajo, la relación, el negocio, los pensamientos y sentimientos negativos, adiciones, recuerdos dolorosos...

Renunciar a las criticas, a los juicios y a los perjuicios porque aunque somos diferente, somos iguales y tenemos las mismas necesidades de amar y ser amados.

Renunciar a la necesidad de reconocimiento y de tener razón. La necesidad de reconocimiento es falta de autoestima. ¿Vas a sacrificar a las persona que quieres por satisfacer a tu ego?

Renunciar al control de los resultados míos y de los demás. Todas las personas, cosas, y situaciones están y son perfectas en sí mismas.

Renunciar a la culpa tanto de nosotras y nosotros mismos como de las demás personas, es un despilfarro de energía inútil.

Renunciar a los diálogos interno derrotista, saboteadores y a creencias limitadoras. No creer todo lo que nuestra mente nos dice. Somos capaces de hacer todo aquello que nos propongamos.

Renunciar a las quejas. Nada, ni nadie, incluyéndote a ti misma o mismo puede hacerte infeliz si tu no le dejas.

Renunciar a la necesidad de defenderme. Allí en donde surge la necesidad de defensa, se inicia la guerra, ya que estas siempre serán justificadas por el ego.

Renunciar a ser e ir de victima. Solo da réditos a nuestro ego.

 

La felicidad inunda todo el universo, esta ahí, a nuestro alcance, solo tenemos que aprender a renunciar y desapegarnos de sufrir, de resistirnos a lo que hay o lo que es, a lo que la vida unas veces nos da y otras nos quita, porque en este mundo nada permanece inalterable todo esta en un constante proceso de cambio. 

 

Abrámonos 

Abramos Nuestro Corazón

 a un Mundo Lleno de Posibilidades.


Texto original de: Mª Asun Contreras