jueves, 2 de agosto de 2012

LA MENDIGA


Había una vez una mendiga que vagabundeaba por caminos desérticos y áridos con su espíritu herido.

No sabía cuál era el mal que la desasosegaba.

De pronto sintió una luz interior que no supo interpretar y descubrió su belleza oculta que era de donde manaba su poder oculto.

Sintió una revolución interior y encontró la llave del tesoro, y ahí estaba el duende de la alegría, y bailaron juntos.

Cuando cayó en un sueño muy profundo, en él se le aparecieron los ángeles de la luz y de la confianza, con unos mensajes muy claros.

El ángel" de la luz la dijo:

“Ilumina la sombra que está protegida, está en paz y tranquila”

El ángel de confianza la dijo:

“Dentro de ti esta el valor y la confianza para sentirte segura”

Y en ese mismo instante un resplandor cegador apareció de la nada, era la dama de la luz que la digo:

“Vence las resistencias de tus temores y crea con amor”

La dama de la luz dejo paso a la reina del sol y su mensaje fue:

Estoy dentro de ti, así que tus deseos de salud y éxito se harán realidad.

De repente se encontró enfrente de la emperatriz que así hablo:

“Tu intuición te ayudara a no desperdiciar tus recurso, superando los obstáculos”

Pasaron a un gran templo de mármoles azules, en el arar, de espaldas estaba la sacerdotisa que con su voz profunda dijo, ofreciéndole una copa de la cual brotaba agua azul y cristalina como su manto:

Fluye y mana del rio de la sabiduría y la abundancia que está en ti.

El azul se convierte en blanco y del él surge el hada blanca que la dejo ver un paraíso, haciéndola observar que ella era capaz de crear ese paraíso con esperanza y optimismo.

De pronto surgió un gran remolino que la succiono y la elevo, la mendiga temió lo peor, pero en ese momento su espíritu valiente la freno.

Cuando despertó del sueño tenía entre sus manos una flor mágica, que le dijo:

Atraigo hacia mí las energías bienhechoras y mágicas de la tierra, plántame en tu corazón y cambiare tu mundo interior.
Surgieron una variedad incalculable de plantas y árboles: Valeriana, orégano, espino, murajes, tomillo, hipérico, espino blanco, salvia, ulmaria, narciso, girasol, roble, manzanilla, acebo, ortiga,…cada una aportando su propia sabiduría medicinal para el cuerpo, y el alma.

Texto original de: Mª Asun Contreras.


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