Hay muchas palabras, que son más que meras palabras,
son valores, son principios, son actitudes, son actos de consciencia…
La palabra gracias es una de las primeras que
me enseñaron porque eran tiempos en los que dar las gracias por… era estar bien
educada.
Las gracias surgen del reconocimiento, las
damos como respuesta a favores, y como bien dice el refrán favor con favor se
paga, así deja de tener su verdadero valor, sentido, sentimiento.
A veces solo la usamos por convencionalismo,
de forma automática, por cortesía, por educación,… y se aleja de lo que es, de
lo que inspira, se convierte en algo sin valor, se desgasta por
el uso y/o por el mal uso.
En mi caso quizás porque
no me transmitieron su magia, su poder, y así perdió su verdadero y gran significado,
su preciado contenido, el de ser un sentimiento puro.
Muchas personas asocian la gratitud y el
agradecimiento con la religión, con dios,… para mi es interior, intrínseco, no
depende de las circunstancias, ni de las personas, nace de mí.
Estuve, estoy, y tengo que seguir aprendiendo
a agradecer, esto supuso y sigue suponiendo un cambio de mi actitud, de mis estados
de animo, de mi manera de interpretar mi vida, las circunstancias, la realidad
que me rodea, así como transforma mis relaciones.
Mi foco de atención estaba en la escasez, en
ser la victima de mi vida, en las perdidas,… en lo que me faltaba o lo que me
gustaría tener, en mis deseos o supuestas necesidades, en mis expectativas,… estaba
en la sombra y no veía el lado de la luz, donde estaba lo bonito y lo hermoso
de mi vida.
El agradecimiento me conecto de inmediato con
el perdón: ¿que, a quien y como, cuando y porque perdonaba, o por qué no
perdonaba?, llevándome a toda una gama de sentimientos: de rabia, frustración,
decepción, impotencia, tristeza, dolor,… todo ello me hizo plantearme que era
para mi la aceptación, ¿que aceptaba de mi y de mi vida?
Después de mucho dolor y trabajo llegue a
liberarme un poco de la sensación de perdida, de victima, de mi autocompasión,…
y que segó trabajando para seguir liberándome de ese poco hasta el ultimo instante
de la vida.
Agradezco profundamente y con todo el
sentimiento del que soy capaz en este instante de mi vida, a mi madre como la
portadora de mi vida y de mi existencia, al margen de todas las demás cosa que
durante mucho tiempo he pensado y he sentido que merecía, necesitaba,… y que ella
no me las proporciono. Cada mañana doy las gracias a la primera persona que
hizo posible que yo este aquí, hay muchas más personas y cosas.
Lo acepto y lo agradezco todo; las personas,
las circunstancias de mi vida que me han dado o me han quitado lo que yo en mi
egocentrismo creía que era mío, que me pertenecía, que tenia derecho sobre
ello; porque todas las personas, situaciones, y circunstancias, sobre todo las
más adversas traían consigo un regalo, un don, mi propia grandeza,
transformación, superación,…
Agradezco cada situación o persona que me
muestra cuál o cuales son las área personal en las que puedo mejorar, crecer,…
También agradezco mis limitaciones, mis
errores, se que he tropezado y caído y que seguiré tropezando y cayendo, como
también sé que todo esto se me olvida y se me olvidara por momentos.
Como seres humanos tenemos una tendencia a
querer recibir, y logra constantemente, todo aquello que deseamos, y esto
supone vivir desde la escasez y el victimismo, y nos pasa factura. Aprendamos a
gozar dando, compartiendo y aportando. Dejemos de ver los problemas y veamos
las oportunidades que hay detrás de lo ”MALO”
en vez de preguntarnos ¿por qué me pasa a mi esto? preguntémonos ¿Qué me estoy
resistiendo a agradecer, a perdonar, a aceptar, a reconocer,…?
La gratitud no es un impulso es un procesos,
una actitud de vida, es estar agradecido a todo o a nada, ni a nadie en
particular y a todas las personas en general, y para mi tampoco hay que
dirigirla a Dios. Nace en mi para mi y para darla y compartirla con los demás. Me
la he ganado, me la sigo y seguiré ganando.
La gratitud necesita de un sistema de valores
ético, donde estén resueltos los conceptos de
dar sin esperar una retribución concreta de la persona a la que doy y por
lo tanto tampoco espero recibir
nada de nadie en concreto, sino que recibir de la abundancia de la vida, de la
existencia, del universo, así creamos más abundancia, además de una visión más amplia
y menos egocéntrica.
Decir gracias es perdonar y perdonarme por mis
limitaciones, errores,..
Es aceptar, es estar presente, es valorar, es reconocer,
es crear, es soñar despierto, es amar, es vivir, …
La gratitud te lleva por el sendero de la humildad,
de la serenidad, de la paz interior.
Dar gracias es una actitud que hay que
entrenarla y cultivarla, para lo cual se requiere de constancia, de determinación
y de flexibilidad.
Como podemos generar esa emoción.
Pensando en algo
por lo que te haya sentido o te sientes muy agradecido, momentos especiales, tu
boda, el nacimiento de tu hija/o,… y evócalos con la máxima intensidad que
puedas sentir. También todos los días ten algún sentimiento de gratitud por cualquier cosa, hecho, o detalle que vivas, tu
familia, los amigos,.. Luego puede empezar a agradecer las dificultades porque
te ayudaran a conocerte más y a crecer. Agradece las virtudes de las personas
que te rodean porque te enriquece y fortalece tus relación.
Obstáculos
En ocasiones parece que necesitamos que alguien sufra más, y cuanto
más mejor, o también podemos pensar que
no hay nadie que sufra como yo, esto a veces nos hace reaccionar y nos ayuda a aprender
a agradecer.
Reconocer mis errores y limitaciones.
Aprender a perdonar y perdonar.
Aprende de mis equivocaciones.
No ir de victima.
No buscar defectos.
Aprende valorarme, respetarme a mi y a los demás.
La ambición, el orgullo,
la vanidad, el egocentrismo, la amargura el miedo (al fracaso o al éxito), el narcisismo.
La falta de apoyo, de ayuda, la queja, el culpar a los demás, el que dirán.
Las expectativas, los chantajes emocionales y los sabotaje o auto
sabotajes.
El perfeccionismo ya que no hay ni tiempo,
ni situación, ni vida perfecta.
La misma manera de actuar, comportarnos nos
lleva a los mismos resultados.
Habla sin escuchar.
Creer que las personas están en deuda conmigo.
Actividades
Los detalles,
las atenciones, las caricias, las abrazos, la creatividad, la conexión con la
naturaleza, el humor (la sonrisa), los regalos, la amabilidad, el afecto, homenaje y celebra tus logros. Haz rituales para agradecer.
Texto y collage original de: Mª Asun Contreras
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