Alegría
La alegría es una de las emociones básicas del ser humano, junto con el miedo, la ira, el asco, la vergüenza, la tristeza,…
La
alegría es un sentimiento positivo, también es un estado interior de confianza, paz, serenidad, fresco y luminoso, que
genera bienestar general, tiene altos niveles de energía y una poderosa
disposición a las acciones constructivas,
y que la percibimos todas las personas, siendo así que quien la experimenta, la
revela en su apariencia, lenguaje, decisiones y actos.
Se puede decir que hay dos maneras de
experimentar la alegría:
La alegría como reacción. Podríamos decir que es aquella que nos viene dada del
exterior, o dicho de otra forma, viene de las experiencias y expectativas que
nos proporciona del mundo exterior, basadas en nuestras creencias, ideologías,…
etc.
La gran mayoría solo nos hacemos
consciente de que surge cuando experimentamos una atenuación en nuestro estado
de malestar, de rutina, de aburrimiento,… etc.
O bien cuando consíguenos alguna
meta u objetivo deseado o no deseado, pero que creamos que es bueno, favorable, o positivo y con todo aquello
que este relacionado o concurra en acontecimientos positivos. Lo conseguido o
lo logrado no tiene porque ser necesariamente esperado. Se da ante episodios pasajeros como
ganar un premio, encontrarse con una amiga, recibir un halago o encontrar un
objeto extraviado, estos podrían ser algunos ejemplos. También cuando tenemos una experiencia estética, y/o
placenteras.
Todas son momentáneas, pasajera,
efímeras, lo cual nos lleva a seguir buscando más y más, y no siendo el
exterior el lugar indicado.
La alegría como tendencia o actitud vital. Después de estar buscando en el exterior y no en contrala, hay que
dirigir nuestra mirada al interior.
Al mirar al
interior se aprende a valorar, a agradecer, y a dirigir la percepción de manera
frecuente a los aspectos positivo y
estable de nuestra vida.
La alegría
está dentro de cada una de nosotras. Es
un sentimiento que proviene de mis propios pensamientos. Si tengo pensamientos positivos la
alegría me surge dando lugar a emociones positivas y agradables. Sólo tengo que mirar en mi interior, encontrarla, y
trasmitirla. Es una emoción contagiosa como la risa y/o expansiva que me va a
llevar al contacto, al disfrute con los demás, por esa razón hay que
trasmitirla.
La
alegría tiene tres manifestaciones:
El erotismo que se experimenta en la zona del bajo vientre.
La ternura que la sentimos en la zona del corazón.
La
curiosidad que se siente en el global del cuerpo.
Si tendría que escoger entre las emociones, me quedaría con la Alegría y el Optimismo, la primera es mi balanza y como buena balanza tiene que
estar equilibrada con lo cual me prepara para ver lo positivo, o lo que es lo
mismo para ser optimista y la
segunda es la guía que hace que la balanza este en equilibrio y me dirige mi
mirada hacia la confianza y la seguridad, ambas me motivan y me impulsan a dar
lo mejor de mí, a mejorar mis resultados y mis relaciones, me convierto en una persona
mejor, en una mejor líder para mi misma y en una mejor amiga, compañera,
miembro de un equipo,…etc. Con ellas se irradian y magnetizan los entornos.
Texto original de: Mª Asun Contreras